57 vivendas VPO en la calle Ripollès, Granollers

Granollers, Barcelona

Propuesta finalista, concurso 2023

Concurso promovido por Incasòl

Superficie construïda: 8.676,62 m²

Las nuevas viviendas se distribuyen en dos bloques orientados norte-sur (A) y este-oeste (B), resolviendo una de las manzanas del ensanche que crece al norte de Granollers, en el barrio de Lledoners. Al oeste se encuentra el límite con el parque fluvial del Lledoner, en continuidad con el interior de la manzana, hacia donde se abren las viviendas a través de las fachadas sur y oeste, de carácter doméstico, cálido y confortable. Al norte y al este, el edificio limita con el tejido urbano, generando un frente de fachada más duro, uniforme y cerrado. Los dos bloques establecen continuidad entre sí mediante una plataforma que separa las plantas superiores de la calle, generando un zócalo que se extiende en parte del interior de la manzana.

Las viviendas de ambos bloques son pasantes y accesibles a través de pasarelas ubicadas en las fachadas sur y oeste, volcadas al interior de la manzana. Las tipologías se racionalizan mediante una matriz indiferenciada con un sistema de núcleos centrales. . Así, una misma tipología se adapta a diferentes orientaciones, permitiendo una sala pasante en las tipologías este-oeste y generando un gran espacio orientado al sur en las tipologías norte-sur.

La matriz de las tipologías tiene una correspondencia directa con el sistema estructural. Se apuesta por la modulación de todos los elementos estructurales y constructivos para garantizar su prefabricación y una construcción en seco en prácticamente todo el edificio. Se opta por un sistema estructural de madera que combina núcleos de módulos prefabricados autoportantes de CLT y 2 pórticos en fachada que optimizan la cantidad de madera utilizada.

La estructura horizontal se resuelve con forjados de CLT con cuatro puntos de apoyo en vigas laminadas y se completa in situ con una solución en seco que garantiza el cumplimiento de los requisitos acústicos entre las viviendas.

La organización de los espacios interiores de las viviendas responde a la orientación solar y a las necesidades de los usuarios. En primer término se sitúa una terraza, a continuación de la pasarela de acceso. Funcionalmente, además de servir como filtro de privacidad, permite que la pieza interior adyacente se extienda, facilitando su apertura hacia el exterior. En la franja central de las plantas, liberando las fachadas, se disponen los núcleos húmedos, concentrando el paso de instalaciones. La sala, la cocina y el comedor se resuelven en un único espacio, con configuración pasante o en primer término. De todos modos, la desjerarquización espacial que se logra con la matriz indiferenciada, así como los núcleos centrales con los pasos de instalaciones, permiten la intercambiabilidad de todos los espacios de la vivienda. Las habitaciones dobles se distribuyen todas de iguales dimensiones y utilizan la franja central del núcleo como elemento articulador y a la vez como filtro, generando así un claro gradiente de privacidad. La tercera habitación se dispone en los extremos de las pasarelas o bien se combina con las escaleras.

El hecho de trabajar con una matriz indiferenciada, junto con la disociación de los diferentes elementos del baño, adecúa la tipología a diferentes modelos de unidades de convivencia. La desjerarquización de los espacios y la visibilización de los ámbitos donde se realizan las tareas domésticas promueven relaciones de igualdad sin condicionamiento de roles de género.

Se priorizan las estrategias bioclimáticas necesarias para garantizar el confort en unas viviendas que pueden funcionar de forma pasiva el 90% del tiempo.

En invierno, la orientación de los 2 bloques permite la captación solar directa. La eficiencia del envolvente térmico, la ausencia de puentes térmicos y una buena estanqueidad al aire minimizan las pérdidas o ganancias térmicas, mientras que la inercia concentrada en los forjados permite almacenar la energía captada en invierno y disiparla con ventilación nocturna en verano.

La terraza privativa permite la incorporación de una galería, que además de funcionar como espacio cojín, mejora las ganancias solares indirectas, permitiendo reducir la demanda energética en invierno. En verano, este espacio funciona como un cenador y mejora las condiciones térmicas de la vivienda gracias al sistema de protección solar de persianas alicantinas. Las otras fachadas incorporan una protección solar de chapa microperforada, que continúa el revestimiento exterior.