Can Ferriol es una masía del siglo XVIII situada en la cabecera del valle de la riera de la Salud, en Collserola. Formada por una sucesión de 3 crujías a las que se anexó un volumen posteriormente, sigue los cánones de las masías catalanas: cuenta con anexos vinícolas, agrícolas y ganaderos, también característicos de estas construcciones. La edificación principal, con orientación este-oeste, consta de una crujía central de acceso abierta a las dos crujías contiguas y, siguiendo esta sucesión de espacios, se genera la conexión con el volumen posterior, formado por dos crujías. La masía se sitúa en un terreno terrazado, dejando la planta baja semisoterrada y abierta a un gran patio orientado hacia el este.

La propuesta funcional parte de la necesidad de activar y compatibilizar los diferentes usos que deben confluir en la masía de Can Ferriol: uso residencial con convivencia, uso productivo y uso divulgativo. Las diferentes funciones se agrupan y se distribuyen de manera lógica y eficiente, ubicando los espacios comunes en la planta baja y todos los ámbitos privados en la planta primera. Esta distribución programática respeta la estructura organizativa de la masía original, permitiendo que los usos se adecúen a los espacios preexistentes.

Los espacios residenciales privados, en la planta primera, también cuentan con un acceso independiente por la fachada oeste. Cada unidad dispone como mínimo de dos espacios indiferenciados, que pueden hacer la función de habitación o sala privativa, gracias a la interposición de un módulo ligero en el centro de cada crujía, que incluye el cuarto de baño, espacios de almacenamiento, instalaciones y el acceso a los altillos recuperados. Por lo tanto, estos núcleos que concentran los servicios centripetan el espacio y distribuyen las nuevas viviendas.

El proyecto de rehabilitación propone la consolidación estructural del cuerpo principal de la masía y la recuperación y puesta en valor de los diferentes espacios y elementos de valor patrimonial, haciendo compatible la adecuación de una construcción tradicional catalogada como Bien Cultural de Interés Local con las exigencias actuales de accesibilidad universal, habitabilidad y ahorro energético, minimizando las operaciones de transformación. Se visibilizan las sucesivas intervenciones que ha sufrido el edificio en el transcurso de su historia, incorporando a los nuevos espacios domésticos los muros vistos, que constituyen un palimpsesto. Esta nueva intervención, consciente de sumar una capa más a la historia de la masía, toma una actitud humilde y respetuosa, priorizando trabajar con materiales ya presentes en la construcción original, pero incorporando técnicas actualizadas.

Debido a trabajar en un entorno natural y desconectado de las redes de suministro, se desarrollan estrategias para garantizar la autosuficiencia energética del conjunto y el cierre del ciclo de vida de los recursos utilizados. Todos los recursos empleados son renovables y se basan en el aprovechamiento de la materia prima disponible en la finca, aprovechando los excedentes de la actividad desarrollada.