El proyecto cumple el objetivo de diseñar una vivienda aislada pasiva que pueda funcionar y garantizar el confort sin necesidad de ningún sistema de climatización. Se ubica en las Valls de Sant Muç, en Rubí, en una parcela en pendiente que da hacia la zona boscosa que limita la urbanización. La vivienda se encuentra en una de las plataformas preexistentes, apoyándose en un nuevo muro que separa los dos niveles principales, conectados a través de una escalera exterior. De esta manera, el jardín se configura mediante varios espacios que se articulan alrededor de la vivienda, a diferentes niveles.

La vivienda plantea resolver el programa bajo una sección a dos aguas, donde dos volúmenes rectangulares cerrados, con cubiertas a una sola agua en orientaciones opuestas, se desplazan formando una L para complementar el volumen total con terrazas cerradas con invernaderos.

El acceso a la vivienda se realiza a través de uno de los espacios intermedios resultantes del desplazamiento de los dos cuerpos. Programáticamente, los dos volúmenes se articulan mediante un eje que contiene las circulaciones y el almacenamiento, desde el cual cuelgan los núcleos húmedos y que resuelve el acceso a todas las estancias. El primero está configurado como una única estancia que actúa como sala de estar, comedor y cocina, completamente rodeada por el jardín exterior con vistas a los bosques y campos. La cubierta inclinada de este volumen permite la construcción de un altillo sobre el espacio de la cocina. El volumen que contiene las habitaciones se sitúa perpendicular al de la sala, abriéndose hacia el espacio exterior a través de una gran fachada con orientación sureste. Incluye tres habitaciones dobles sin jerarquía, dos baños completos y un espacio polivalente que se integra con el espacio de circulación y almacenamiento, con fachada noroeste.

Se opta por un sistema constructivo en seco a partir de una estructura de muros de entramado ligero de madera que conforman las fachadas y los diferentes cerramientos interiores.

Las estrategias bioclimáticas diseñadas para garantizar el confort térmico sin necesidad de ningún sistema de climatización se centran en la eficiencia del envolvente térmico, las grandes aberturas en fachadas para la captación de calor, la inercia térmica del suelo y el control de la ventilación.